Antonio Guzmán Blanco: Primer Gobierno o Septenio
(1870-1877)
Comprendido por 7 años, desde el 27 de abril de 1870, cuando
derroca el gobierno provisional de Guillermo Tell Villegas, hasta el 27 de
febrero de 1877, cuando se realizan elecciones presidenciales y resulta electo
su mano derecha Francisco
Linares Alcántara, siendo esta una estrategia para
perpetuarse en el poder de forma indirecta, el Septenio, corresponde al período
más longevo de los tres gobiernos que el "Gran Autócrata Civilizador"
tuvo.
Tras la Revolución de Abril, con el apoyo del pueblo, las
alianzas con la burguesía comercial y los caudillos, le permitieron a Guzmán
Blanco, disponer de una situación óptima para materializar su visión de
Venezuela. Proclamado por el Congreso como El Ilustre Americano, su posición y
heroicidad, fueron elevados al mismo nivel que el "Libertador" Simón
Bolívar y es colmado de honores y reconocimientos, el gran general asume la
presidencia, primero provisionalmente y luego de acuerdo a la
"Constitución de 1862" o la "Constitución Federal", para
ejercerla por un período de cuatro años, es así como Guzmán Blanco comienza a
gobernar.
Pacificación Nacional
El Ilustre Americano, tenía una visión clara respecto a lo
que quería, sus años en el extranjero, particularmente en Francia, donde había
experimentado de primera mano la eficiencia y el progreso traído por Napoleón
III, a dicho país, lo convencieron de que Venezuela necesitaba un autócrata, un
líder fuerte, eficiente y poderoso, un "César" al cual seguir, y ese
líder en cuestión, no era otro que él.
Decidido a permanecer el mayor tiempo posible en el poder,
además de poseer el firme propósito de gobernar a plenitud, durante los tres
primeros años, Guzmán Blanco se dedicó a pacificar todo el país, suprimiendo
sublevaciones y alzamientos a lo largo del territorio nacional, labor ardua,
para la cual designa a sus más fieles aliados como los Presidentes de los
Estados y Comandantes de Armas de los mismos, aquellos caudillos que no son
destruidos, son atraídos a su lado, ofreciéndoseles riquezas, cargos y
prestigio, a cambio de su completa lealtad y de traspasar sus armas y ejércitos
a Guzmán Blanco, aun así y a pesar de su éxito en su proyecto de pacificación,
el propio Guzmán Blanco reconoció que dicho objetivo no era sencillo de
alcanzar, con su bien conocida afirmación:
"Venezuela es como un cuero seco, si lo pisas por un
lado se levanta por el otro".15
A pesar de todas las dificultades, el Ilustre Americano
consiguió la tan anhelada pacificación y fue capaz de gobernar y estar en
campaña militar, simultáneamente, al mantenerse en constante comunicación con
sus ministros en la capital, los cuales debían rendirle cuentas semanalmente a
través de sus cartas y cumplían la voluntad del gran líder. Por este medio fue
que muchos proyectos del Septenio se pusieron en marcha, tales como el inicio
de decenas de construcciones, como la primera etapa del Palacio Federal
Legislativo, el Teatro Municipal de Caracas, la realización del Primer Censo
Nacional, la creación de la Dirección Nacional de Estadística, la fundación de
la Compañía de Crédito de Caracas (de la cual él mismo era el accionista
mayoritario) y la promulgación del Decreto de Instrucción Pública y
Obligatoria, que fue en esencia su primera acción al asumir la presidencia y
con el cual reorganizó todo el sistema educativo nacional.
En 1873, resulta reelecto presidente, siendo esta fecha el
final de un gobierno de 4 años a partir de 1869, cuando resultó electo José
Tadeo Monagas. Antes de culminar "El Septenio" Guzmán Blanco reforma
la constitución nacional cambiando el período presidencial de 4 años a 2 años
sin posibilidad de reelección inmediata.
Conflictos Internacionales
Escudo de Armas de Holanda durante el gobierno de Guzmán
Blanco
Desde el inicio, en el ámbito internacional, Guzmán Blanco
fue en extremo osado e irreverente, al iniciar toda una nueva visión acerca de
como debían manejarse las relaciones internacionales. En vez de rogar, se
demandaría, en lugar de aliarse con otros países para tener relevancia, se
buscaría impulsar a Venezuela como un país de peso dentro del marco
internacional, demandando el mayor de los respetos y exigiendo un trato
igualitario ante toda nación.
Mapa de la Guayana Esequiba, territorio reclamado por
Venezuela
Firme en este propósito no dudó en confrontar a Inglaterra,
España, Holanda y a Estados Unidos, llegó a cerrar embajadas, consulados y
establecimientos diplomáticos de estos países y fortificó su posición como
exportador de materia agraria.
Igualmente, consciente de que muchos de sus enemigos
escapaban a las Antillas y a las islas de Aruba, Curazao y Bonaire a conspirar
en su contra, siendo estas de propiedad holandesa, no vaciló en exigir a dicho
país que los expulsase, algo que le traería un extraordinaria red de problemas
con el mismo, llegando a una situación tan crítica, que estuvo al borde de
declararle la guerra a Holanda, siendo lo único que evitó semejante desenlace,
el que finalmente holanda cediera.
La mayoría de los países del mundo, se vieron severamente
impresionados por semejante actitud, entre ellos, uno al que muchos problemas
le trajo semejante enfoque, Inglaterra con quien Guzmán Blanco se enfrentó a
causa de la Usurpación de la Guayana y de Trinidad y Tobago, siendo uno de los
presidentes que más ha presionado por su devolución.
Conflicto con la Iglesia
El gobierno de Guzmán Blanco tuvo fricciones tan fuertes con
la Iglesia Católica, que se llegó a considerar la separación de la Iglesia
Católica en Venezuela del Vaticano
Tras los sucesos ocurridos en la Revolución de Abril y la
toma del poder por parte de Antonio Guzmán Blanco, el país y sus instituciones
se arrodillan, literalmente ante él, excepto la Iglesia Católica, la más
poderosa de todas ellas y la cual ejercía una inmensa influencia sobre el país,
desde la era colonial. El entonces Arzobispo de Caracas, Monseñor Guevara y
Lira, se rehusó a realizar actos eclesiásticos en honor al mandatario, lo cual
disgusta en sobremanera a Guzmán Blanco. Las fricciones entre el Arzobispo y el
gobierno de Guzmán Blanco, continuaron y a ellas se sumó el Arzobispo de
Mérida. Guzmán demandó al Vaticano la sustitución de Guevara y Lira, por un
clérigo más dócil y obediente, pero el Vaticano se negó.
Ante esta actitud, Guzmán Blanco decidió cerrar seminarios,
claustros y templos y transferir las cátedras religiosas a las Universidades
Laicas. Como mecanismo de presión para doblegar la jerarquía católica a las
intenciones del Estado, la despojó de su influencia y de la gran mayoría de sus
bienes, pero lo único que consiguió fue la salida de Monseñor Guevara y Lira al
extranjero, quien se negó a renunciar a su cargo de Arzobispo de Caracas, a
pesar de estar fuera del país.
Entonces, Guzmán Blanco, estableció el Registro Civil,
dejando sin efecto el registro parroquial, aún vigente en otros países para la
época, el cual imponía el bautismo obligatorio en el culto católico para
registrar los nacimientos y el 1 de enero de 1873 el mandatario establece el
matrimonio civil. No faltó la oposición de una parte del clero, ante esta
última medida, porque el matrimonio civil debía realizarse ante el Presidente
del Concejo, antes del matrimonio eclesiástico. La publicación de la Ley se
hizo el 8 de enero, y diez días más tarde entró en vigencia. El 16 de enero
hicieron uso de la nueva disposición las primeras parejas conformadas por
Manuel María Martínez y Carmen Paz Castillo; José Ignacio Cardozo y Carmen
Núñez de Cáceres y el General Aníbal Marott y Ramona España. De esta tercera
unión fueron testigos el mandatario y el General Víctor Rodríguez. El propio
Presidente legalizó civilmente su matrimonio con su esposa Ana Teresa Ibarra el
14 de febrero de ese año, aunque se casó por la Iglesia Católica el 13 de junio
de 1867. También Guzmán Blanco fue quien introdujo el concepto del divorcio,
algo mal visto por la jerarquía eclesiástica, pues presentaba la posibilidad de
disolver la unión matrimonial, considerada como sagrada por la Iglesia
Católica.
A pesar, de todo este avance en contra de la jerarquía
eclesiástica, esta se mantuvo firme en su oposición al gobierno de Antonio
Guzmán Blanco, quien disgustado por la situación, optó por planificar la
separación de la Iglesia Católica Venezolana del Estado del Vaticano y
constituirla en independiente. Ante esta estrategia la Santa Sede, a fin de
evitar dicha acción, destituyó a Monseñor Guevara y Lira y nombró un nuevo
Arzobispo de Caracas, escogido a antojo de Guzmán Blanco.
Una vez solventada la situación, el mandatario regresó parte
de las propiedades confiscadas y permitió el restablecimiento eclesiástico,
además hizo construir varias edificaciones religiosas como la Basílica de Santa
Teresa y la Basílica Menor Santa Capilla, pero la realidad era que más nunca la
jerarquía eclesiástica volvería a tener tanta injerencia sobre el país y el
estado, como en el pasado.
Francisco
Linares Alcántara (1877-1879)
En 1876, disputó la candidatura a la primera magistratura de
la República, al general Hermenegildo G. Zavarce, para el período presidencial
1877-1879, resultando electo presidente por el Congreso Nacional el 27 de
febrero de 1877. Entre los hechos más resaltantes de su gestión presidencial,
se encuentra el traslado de los restos de José María Vargas al Panteón Nacional,
la expedición del decreto que permitía el regreso a la patria a todos los
venezolanos que estuvieran fuera del país por causas políticas, así como la
suspensión de todos los procesos políticos y la expedición del decreto que
reabría el Colegio de Ingenieros de Venezuela (15.11.1877). En reconocimiento a
la paz y amnistía que reinó durante su mandato, fue apodado «El Gran
Demócrata».
Durante su gobierno se inició en Caracas, Valencia y otras
poblaciones una reacción contra el ex presidente Antonio Guzmán Blanco, quien
se había ausentado del país después de haber asumido la presidencia Linares
Alcántara, pero todavía continuaba ejerciendo influencia a través de sus
partidarios; uno de los voceros de la protesta antiguzmancista fue el periódico
La Tribuna Liberal. Según muchos Linares Alcántara alentó estas acciones en
contra de la figura de Guzmán. El 21 de noviembre de 1878, salió de Caracas
hacia La Guaira y, en el camino, contrajo una afección bronquial que le obligó
a guardar cama; su estado empeoró rápidamente y 9 días después, murió en La
Guaira en la casa de la Compañía Guipuzcoana. El 9 de diciembre, el general
Jacinto Gutiérrez, Presidente Encargado de la República según la ley por ser el
presidente de la Alta Corte Federal, decretó el traslado de sus restos al
Panteón Nacional, cuya inhumación se produjo el 4 de diciembre del mencionado
año.
José
Gregorio Valera (1878-1879)
Como la muerte del presidente Linares Alcántara no fuera
obstáculo para la reunión de la asamblea que el fallecido magistrado había
convocado, esta se reunió en cesión el 11 de diciembre de 1878 y una de sus
primeras disposiciones fue la elección del presidente de la republica. Así fue
juramentado para ese alto cargo quien se desempeñaba con primer designado José
Gregorio Valera, en calidad de encargado del poder ejecutivo.
Nada especial sucedió en ese gobierno provisorio, a
Excepción. De la llamada revolución reinvidicadora encabezada por Gregorio
Cedeño, segundo designado, quien Aspiraba a ocupar la silla presidencial. Como tubo
de la asamblea tal investidura se alzo en armas.
Antonio
Guzmán Blanco: Segundo
Gobierno (1879-1884) o El Quinquenio
Guzmán Blanco asume su segundo período presidencial en medio
de una dificultosa situación. Los altos círculos financieros, empresariales,
terratenientes y la clase media y media alta venezolana, cada vez más
creciente, anhelan su retorno, deseosos de recuperar la muy beneficiosa
situación económica y de estabilidad interna que Guzmán mantuvo durante el
Septenio, enturbiada gracias a la incapacidad de Alcántara y José Gregorio
Varela para liderar al país. Al morir inesperadamente Francisco Linares
Alcántara Guzmán decide regresar al país, tras el aplastante éxito de la
Revolución Reivindicadora que restaura el culto a su persona, presentándose en
las elecciones de diciembre de 1878 y resultando electo por gran mayoría en el
congreso.
Asume el poder en 1879 para gobernar hasta 1881, pero en
1880 reforma otra vez la constitución aprobando la reelección inmediata del
presidente y siendo reelegido para gobernar hasta 1882.Luego en las elecciones
de 1882 resulta fácilmente reelecto presidente para gobernar hasta 1884.
Durante el Quinquenio, Guzmán labora para restaurar la
situación económica, devastada por la caída de los precios de muchos productos
agrícolas, eje principal de la economía venezolana, en los mercados
internacionales. Consciente de la situación, Guzmán aborda el problema desde
otro flanco, acelerando los procesos de construcción de todas sus líneas
férreas y desplegándolas sobre gran parte del territorio nacional, con lo cual
consigue que el transporte de los productos se torne más rápido y eficiente,
dando como resultado que el envío de las cosechas agrícolas, sea mayor, al
desaparecer las irrgularidades que antes impedían el comercio por tierra y
asegurarse un flujo
continuo de las mismas, dando como resultado que el país,
mantega una exportación constante de productos, por lo cual, a pesar del
descenso de los precios, Venezuela recupera la estabilidad.
A parte de la culminación de Vías férreas, continua con
otros planes y acciones, como la oficialización del Canto Patriótico, Gloria al
Bravo Pueblo, como Himno Nacional de Venezuela. También es en este gobierno que
inaugura el Teatro Baralt de Maracaibo, el Teatro Municipal de Caracas, se
introduce el Teléfono en Venezuela, se transfiere el Sistema de Telégrafos a
manos del Estado, continua su política de construcciones e introduce el
Bolívar, en sustitución de la anterior moneda, el Venezolano.
Al culminar el gobierno sugiere al congreso a elegir a su
nueva mano derecha Joaquín Crespo
Joaquín
Crespo (1884-1886)
El consejo federal, por recomendaciones del presidente
Guzmán blanco Escogió presidente de la republica para el periodo comprendido
entre 1884-1886 al Gral. Joaquín Crespo.
Este se presiono de la primera magistratura el 27 de abril
del año 1884; fue elegido por 17 votos del consejo federal el organismo
elector.
Le acompañaron en su gobierno ministros y amigos de Guzmán
Blanco. A este le nombro para un alto cargo diplomático en Europa.
No fue un gobierno libre y propio en sus actuaciones, pues
todas sus realizaciones las ordeno Guzmán desde Europa. Pero fue un periodo de
gobierno en el que Venezuela gozo de paz y tranquilidad, a pesar de los
alzamientos de Carúpano, Margarita, Yaracuy y bolívar, que fueron dominados por
los soldados Gubernamentales.
Sin embargo esta administración no fue altamente favorable a
los intereses nacionales, pues ni por las medidas tomadas para frenar el
estancamiento de los pueblos ni por el panorama económico reinante, pudo
enfrentar exitosamente la crisis, como repercusión de la crisis mundial.
En Venezuela la baja de los precios del café fue causa para
que muchos comerciantes cayesen a la ruina la gravedad del desajuste económico
se vio en la diferencia de cifras presentadas por nuestra deuda nacional: cuyo
monto interno era de 45.439.267,73 y la deuda externa llego 68.043.399,56
cifras escandalosamente altas para la época.
Antonio Guzmán
Blanco: Tercer
Gobierno (1886-1888) o El Bienio
En su tercer y último gobierno ganó la presidencia en las
elecciones de 1885 para gobernar un bienio de 1886 hasta 1888, de manos del
Consejo Federal, que lo eligió tras el regreso de Europa del Ilustre Americano,
el cual se debía a que un grupo de estudiantes, intelectuales y personalidades
políticas, militares y empresariales organizaron una "Aclamación
Nacional", con la cual le rogaron por su regreso.
Este período no fue igual a los dos anteriores, ya que debió
enfrentar una nueva generación de intelectuales y de jóvenes estudiantes,
quienes organizaron una fuerte oposición a su gobierno, la cual Guzmán Blanco
hubiese reprimido fuertemente sino fuese por su delicado estado de salud, el
cual finalmente lo lleva a renunciar, retirándose antes de concluir su mandato.
Sin embargo, su influencia prosiguió, hasta el punto de proponer ante el
Consejo Federal al Doctor Juan Pablo Rojas Paúl como presidente para el período
constitucional 1888-1890.
Durante este bienio, Venezuela rompió relaciones con Inglaterra
debido a la invasión del Territorio Esequibo por ciudadanos de la Guayana
Británica. Sin terminar su período, Guzmán Blanco se va a Europa dejando el
poder provisionalmente en manos del General Hermógenes López.
Juan Pablo Rojas
Paul (1888-1890)
Ministro de Hacienda del segundo gobierno de Antonio Guzmán
Blanco, se encargó de modernizar los sistemas de recaudación aduanera y de
diseñar medidas fiscales para estimular la industria nacional. Durante algunos
años, ejerció como Cónsul Honorario de Ecuador ante el gobierno
venezolano. Fue
el segundo presidente civil de Venezuela, después de José María Vargas, elegido
por el Consejo Federal (en elecciones de tercer grado) con el pleno apoyo de
Guzmán Blanco. Intentó conciliar entre los seguidores de Antonio Guzmán Blanco
y Joaquín Crespo, los verdaderos representantes del poder en Venezuela en esos
momentos y estaban enfrentados. Fue el primer civil electo presidente de
Venezuela en concluir el mandato constitucional para el que fue electo. A lo
largo de su mandato rompió relaciones con el guzmancismo al rechazar los
términos de un emprestito negociado por Guzman en Francia. Se abría así una
fuerte pugna en el Liberalismo Amarillo y abriendo el camino a la escogencia de
Raimundo Andueza Palacio para la sucesión presidencial.
En su breve gobierno de dos años (establecido por la
constitución de esos momentos) creó la Academia Nacional de la Historia (ANH)
8, en Caracas, designando como Académicos a representantes de las más variadas
corrientes políticas del momento.
Contrario a la política anti-clerical de Guzmán Blanco,
Rojas Paúl autorizó la creación de las facultades de ciencias eclesiásticas con
los colegios nacionales de Maracaibo y Barquisimeto; trajo a las monjas
francesas de San José de Tarbes, ayudó a establecer en el país la congregación
y las Hermanitas de los Pobres, además, construyó y remodeló numerosas
edificaciones religiosas.
A Rojas Paúl también le tocó inaugurar el cable submarino La
Guaira-Antillas Francesas-Europa, desvelar el lienzo Batalla de Carabobo, de
Martín Tovar y Tovar, en el salón Elíptico de Capitolio; y decretar la
fundación de la Academia Nacional de la Historia. Durante su mandato se editó
la obra "Gran recopilación geográfica, estadística e histórica de
Venezuela" del general Manuel Landaeta Rosales.
Las construcciones religiosas y hospitalarias (el aún
existente Hospital Vargas de Caracas, por ejemplo) son las obras más
resaltantes de la administración de Rojas Paúl. Su gobierno tuvo que enfrentar
la rebelión de Crespo, que organizó un fallido alzamiento.
Dominada la situación, Crespo tuvo que marcharse al exilio.
En el gobierno de Rojas Paúl se produjeron manifestaciones
antiguzmancistas. Hubo saqueos tanto en la capital como en el interior del
país. Estos hechos precipitaron la ruptura del gobierno con Guzmán Blanco,
quién pretendía continuar gobernando indirectamente desde París. Tras un largo
exilio, regresa a Venezuela en 1897 y al poco tiempo enviuda. Tras el triunfo
en 1899 de la Revolución Restauradora con el general Cipriano Castro a la
cabeza, Rojas Paul presenta su nombre en las elecciones de 1900 para formar
parte de una Asamblea Constituyente que confirma a Castro como Presidente. En
1905, Rojas Paul. desde el lecho de muerte, en su condición de Senador,
emitiría su voto favorable para la designación de Cipriano Castro y Juan
Vicente Gómez como Presidente y Vicepresidente respectivamente.
Raimundo
Andueza Palacios (1890-1892)
Exiliado político durante los días de la Revolución
Reivindicadora (de junio a finales de 1878) ocupó nuevamente el cargo de
Ministro de Hacienda (febrero de 1879). Incorporado al Consejo de
Administración (mayo de 1879) es senador en 1880 y de 1886 a 1889.
Posteriormente se desempeñó como consejero federal por el estado Zamora y
presidente de la Cámara de Diputados (1890). Miembro del Consejo Federal por el
estado Zamora (1890), es elegido presidente de la República por dicho
organismo, el 7 de marzo de 1890. Aunque constitucionalmente estaba
estipulado
que su período terminara el 20 de febrero de 1892, Andueza planeó reformar la
constitución con el fin de prolongar su estadía en el poder por dos años más.
Esta maniobra continuista de Andueza Palacio provocó el surgimiento de la Revolución
Legalista liderada por Joaquín Crespo (marzo de 1892), así como la presión de
Guillermo Tell Villegas, presidente del Consejo Federal; ante tal
circunstancia, Raimundo decidió exiliarse del país (1892-1898). Luego de la
muerte de Crespo (abril de 1898), incorporándose como ministro de Relaciones
Exteriores (23.10.1899-31.7.1900) al primer gabinete del presidente Cipriano
Castro. Además de la extensa trayectoria política, Palacio fue masón en grado
33 y canciller en el Supremo Consejo Confederado de la Masonería (1885-1888).
Joaquin Crespo
(1892-1898)
Sometió a juicio de responsabilidad civil a los funcionarios
del gobierno anterior, embargo los bienes
de Andueza, Villegas y Villegas Pulido.
Bien pronto cambio el
rumbo de su política: este concedió amnistía general, libero a los presos
políticos y permitió el regreso a los desterrados, durante su gobierno se fundó
el partido liberal nacionalista, en torno al general José Manuel Hernández.
Diversos Historiadores consideran el gobierno de crespo como una curiosa combinación
de corrupción y libertades políticas, un ejemplo de corrupción de este gobierno
es el empresito contratado a Alemania, en 1896 este y otros contratos lesivos
para los intereses del país fueron manipulados hábilmente para beneficio de
intereses personales, con estos contratos aumento considerablemente la deuda
externa. En cuanto a las libertades públicas hay distintas libertades: como la libertada de imprenta, de industrias,
de reunión, el hogar es inviolable. Durante el gobierno de Crespo se suscitó un
serio problema con Inglaterra por los límites de la Guyana Ezequiba, Venezuela
e Inglaterra fueron al arbitraje por proposición de Estados Unidos en el cual
Venezuela perdió 100000 KM cuadrados de territorio.
Ignacio
Andrade (1898-1899)
El 1 de febrero de 1898 se presiono el general Andrade del
alto cargo de presidente de los estados unidos de Venezuela su asenso al poder
ejecutivo del país fue producto de la intromisión del presidente Crespo en los
resultados de los escrutinios la verdad es que esa ha sido la constate historia
política venezolana cuando un grupo gobernantes quiere seguir usufructuando de
prebendas y beneficios en el periodo siguiente por esta razón el Gral. Andrade
protegió a Crespo Quien confiaba ciegamente en el, resulto vencedor en esa
justa cívica la ultima de que pudieron hacer uso los venezolanos en el siglo
XIX y durante gran parte del siglo XX.
Pero los resultados de las elecciones no les agrado a los políticos llevando opuestos acretismos,
porque lógicamente ellos pretendían llevar a su candidato a la presidencia. Por
ello hubo a poco tiempo de la posición del general Andrade, los primeros alzamientos revolucionarios.
Entre esos nuevos alzamientos hubo de enfrentar este
gobierno; a pesar de esos inconvenientes algo se pudo hacer:
1.- La creación del
Ministerio de Agricultura para lograr el desarrollo de los recursos del campo.
2.- El
internacional, la firma del laudo que
decidió la cuestión del limite con Guayana inglesa, el 3 de octubre de 1899 en
Paris.
Cipriano
Castro (1899-1908)
En las postrimerías del siglo XIX, Venezuela no está en
capacidad de controlar el potencial disgregador de sus problemas políticos. A
la maniobra electoral de Crespo, que lleva a la presidencia de la República a
Ignacio Andrade, se suman la muerte del mismo Crespo, la debilidad del
liberalismo amarillo y una maraña de descontentos menores. Como agravante, una
crisis económica mundial hace caer los precios y volúmenes de nuestros
productos de exportación y se refleja con fuerza en los estados andinos, cuyos
negocios dependen mayormente de las exportaciones de café.
Tal será el escenario que le abre a Cipriano Castro el
camino de la insurgencia armada. El 23 de mayo de 1899 interrumpe su exilio
colombiano, invade el Táchira e inicia su revolución, acusando a Ignacio
Andrade de haber violado la Constitución, cuya integridad promete restaurar.
ésta, llamada Invasión de los Sesenta por el número de
hombres que cruzó la frontera, es secundada por contingentes que se le unen en
Capacho, procedentes de Lobatera, Colón, Táriba y Tovar. Con ellos organiza un
ejército de 1.500 hombres que conduce en una exitosa campaña hasta Caracas. El
Táchira se incorpora definitivamente a la vida nacional y se inicia la larga
saga de gobernantes andinos.
En 1899, Castro organizó, junto con Gómez, la Revolución Lib
eral Restauradora; dicho movimiento triunfa y, Castro entra en Caracas el 22 de
octubre de 1899, encargándose de la presidencia hasta el año 1908.
Castro asumió la Presidencia de la República y, una vez en
el poder, no contó con sus compañeros de invasión, sino que ratificó en sus
cargos a algunos de los ministros del derrocado Presidente Andrade. También
incluyó en su gabinete al ex Presidente Andueza Palacio y a destacados
"anduecistas", traicionando el lema principal de su campaña:
"Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos".
Castro debió afrontar
una fuerte oposición nacional e internacional. De 1901 a 1903 estalla la
Revolución Libertadora; también durante esta época afrontó el bloqueo de las
costas venezolanas por parte de Alemania, Inglaterra e Italia; también el
movimiento de "La Aclamación y "La Conjura".
En 1908, para someterse a una delicada operación deja el
poder transitoriamente en manos de Juan Vicente Gómez; quien el 19 de diciembre
de este mismo año, da un Golpe de Estado para apoderarse del poder. Al verse
sin el poder, Castro se va a convalecer su operación a Madrid, luego París y,
finalmente, en Tenerife.
Juan Vicente
Gómez (1908-1928)
El régimen de Juan Vicente Gómez (1908/1935) comprende tres
etapas: la primera, de 1908 a 1913, ha sido calificada como la consolidación en
el poder, debido a que Gómez utilizó a los liberales amarillos anticastristas y
a los nacionalistas como base de apoyo; la segunda, de 1914 a 1922, se
caracteriza por la actuación de dos presidentes, uno provisional (Victorino
Márquez Bustillos) y otro electo (Gómez), quien nunca toma posesión del cargo;
y la tercera, de 1922 a 1935, se distingue por las reformas constitucionales
encaminadas a mantener su hegemonía político-militar, lo que establece una
relación absolutamente instrumental entre gobernante y Constitución.
Venezuela se convierte en una República petrolera, se
moderniza el ejército, se unifica el territorio y se crea el Estado-Nación en
los términos que hoy conocemos. El país es "metido en cintura" al
precio de persecuciones, prisiones, asesinatos y exilio de cientos de
venezolanos opositores al régimen. Surgen importantes movimientos
intelectuales, se oficializa el pensamiento positivista, surge la primera
literatura nacional con respetabilidad internacional, y se forma una élite
cultural y política que después de 1928 encarnará la más fuerte oposición a
Gómez y será la encargada de diseñar el modelo de sociedad democrática que
conoceremos a partir de 1945.
Durante el largo período de Gómez fueron liquidados los
restos de los partidos tradicionales,
conservadores y liberales, que habían motorizado las luchas políticas en el siglo XIX.
conservadores y liberales, que habían motorizado las luchas políticas en el siglo XIX.
Gómez fue el quinto de los grandes caudillos que se forman
en Venezuela en el siglo XIX. Después de Páez, de Monagas, de Guzmán y de la
tentativa truncada de Crespo de convertirse en un gran caudillo nacional, Gómez
va a realizar de una manera más completa esta ambición de mando. En los años
sucesivos va a gobernar durante 27 años, y en ese largo tiempo no va a perder
el poder un sólo momento; lo que va a concentrar en sus manos hasta que muere
en su lecho como Jefe absoluto del país.
Durante el régimen gomecista, Venezuela sufre
modificaciones; el Estado se afianza bajo los recursos financieros y ocurre un
proceso de descentralización de las finanzas, también se acometen obras
comunicacionales destinadas a dar mayor fluidez al intercambio comercial
interno y a integrar el país con el fin de controlarlo políticamente.
La entrada del petróleo en el ámbito nacional fue el hecho
que permitió a Gómez permanecer en el poder durante tantos años, a pesar de que
las políticas establecidas daban una amplia ventaja a las concesiones
explotadoras.
Las primeras concesiones mineras fueron otorgadas para la
explotación del asfalto a venezolanos; posteriormente algunas de ellas fueron ampliadas
para la explotación de petróleo. En los primeros años del gobierno gomecista,
numerosas concesiones fueron entregadas de manera indiscriminada.
La desigualdad que establecía aquella legislación entre
numerosos privilegios de las concesionarias y los pocos beneficios para la
nación constituyó un problema que en 1917 Gumersindo Torres, titular de
fomento, intentó resolver mediante un profundo análisis de las leyes vigentes y
la forma de aplicar las medidas más idóneas y eficaces para que la nación obtuviera
mayores recursos fiscales de explotación petrolera. La primera recomendación
del Ministerio fue no aplicar la Ley de Minas a la industria de los
hidrocarburos por considerar la creciente importancia de estos en todas las
actividades y la elaboración de una legislación independiente que además
estableciera ciertas pautas a las concesiones para evitar los conflictos entre
ellas y definir el espacio de sus respectivas explotaciones.
Torres también sugirió, en base a la observación de las
políticas de hidrocarburos de México, que la nación obtenía mayores ingresos
por el cobro a las empresas de los derechos (en diez años estas exoneraciones
en el mismo período montan a la cantidad de Bs. 223.359.426,06) antes que las
regalías y los impuestos de exploración (los impuestos recaudados en el mismo
período montan la cantidad de Bs. 171.952.126,10), argumento razonable en vista
de que la mayoría de las compañías se encontraban en pleno proceso de
establecimiento y requerían importar equipos al país.
En 1918 fue promulgada la nueva Ley de Minas, con un
conjunto de reformas para la explotación de hidrocarburos con mayor
racionalidad.
En los años 1929 y 1933, la industria petrolera se resintió levemente,
para luego comenzar un proceso de recuperación en 1935. Durante la crisis del
capitalismo, Gómez designó de nuevo a Gumersindo Torres de Fomento; este trató
de retornar a sus propósitos pero ante la presión, el dictador lo destituye por
segunda vez. De esta forma quedó de manifiesto como los intereses de las
concesionarias; durante el régimen gomecista, pesaron más que las conveniencias
nacionales.
Es también un hecho innegable que durante el régimen
gomecista floreció la actividad intelectual, si se toma en cuenta que después
de la Primera Guerra Mundial se editaron, nada más en Caracas, cerca de cien
distintas publicaciones periódicas. Por otra parte, destacadas personalidades
del mundo del intelectual y científico del país prestaron su colaboración al
Gobierno de Gómez.
La
oposición de los estudiantes a la autocracia, que se había iniciado en la época
de Guzmán Blanco, renació durante la dictadura gomecista y se manifestó en
forma de protestas públicas. Como consecuencia de esta actividad política de
los estudiantes, muchos jóvenes fueron desterrados y la Universidad Central
permaneció cerrada por once años.